La isla de Formentera se encuentra en el mar Mediterráneo y forma parte del archipiélago balear. Junto a Ibiza conforma las Islas Pitiusas, separadas por tan solo 2 millas náuticas (unos 3 km).
Formentera es la isla habitada más pequeña de las Baleares (83,2 km2) y cuenta con una peculiar forma recortada que hace que tenga una gran extensión de costa (69 km) compuesta de numerosas playas y calas además de curiosos rincones costeros.
Cuenta con un perfil muy plano en el que su punto más alto es sa Talaïassa, en el altiplano de la Mola, a únicamente 192 metros sobre el nivel del mar.
Es una isla accesible y cómoda de transitar. Podemos recorrerla en su mayor parte en bicicleta a través de sus rutas verdes, además de por su interior rural donde nos encontraremos con pueblos de auténtica esencia mediterránea. Además de la bicicleta, también podemos usar vehículos a motor para movernos fácilmente en su pequeña red de carreteras. Su arteria principal (PM-820) atraviesa la isla de este a oeste entre el puerto de La Savina y el faro de la Mola, separados por lo que supone la mayor longitud de la isla, poco menos de 20 km.
Para acceder a la isla únicamente podemos hacerlo en barco y, por regla general, Ibiza sirve de conexión con Formentera y el resto del mundo, ya que de Ibiza a Formentera el trayecto en barco supone unos 35 minutos.
Desde el momento en el que desembarcamos en Formentera podemos respirar ese aire de calma tan característico y enseguida nos sentiremos cautivados por sus gentes, su atmósfera inigualable y sus aguas, únicas por su transparencia y color turquesa que nos evocan latitudes tropicales.