El punto de partida de este recorrido es la misma plaza del Pilar de La Mola, dónde encontraremos su pequeña iglesia dedicada a la Virgen del Pilar. Esta sencilla y fina parroquia acabó de construirse en 1784, atendiendo las numerosas solicitudes que los habitantes de La Mola llevaban haciendo desde 1760. Ésta es la única iglesia que presenta porche para resguardar la puerta de entrada y fue declarada bien de interés cultural en la tipología de conjunto histórico en el año 1996.
El principio de nuestro apacible camino es una zona llana de carácter agrario, con viviendas dispersas y donde destaca la presencia de dos aljibes típicos, elementos que servían para aprovechar el agua de lluvia, una solución capital en una isla pequeña y sin la presencia de ríos ni fuentes que puedan proporcionar agua dulce. Los aljibes se caracterizan por una excavación rectangular cubierta con bóveda de cañón y cuya obertura se protegía con una capilla, otro de los elementos característicos del paisaje de la isla. Muchos de los aljibes datan del siglo XVIII. Este bucólico trayecto acaba en la costa, cerca de la Punta des Llençó, desde donde puede distinguirse la parte este de la vecina Eivissa.